Algunos gatos actúan con sus dueños como si fueran otros gatos e intentan dominarlos para estar encima de ellos en el orden jerárquico del hogar.
Los gatos empiezan a mostrar signos sútiles de agresión que al
principio el dueño puede malinterpretar con simple juego, más adelante
el gato gruñe o silba hacia sus dueños y puede morder o arañar.
Los
gatos dominantes suelen también ser muy territoriales con lo cual la
agresión por dominancia puede ir aparejada con la agresión territorial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario