jueves, 3 de enero de 2019

Agresión por juego

Los gatos son depredadores y es algo innato en ellos realizar conductas de juego cuando son cachorros para entrenarse a cazar presas reales una vez adultos. Efectivamente no es raro ver a un gatito atacando los pies o las manos de su dueño, y por muy lindo que parezca este tipo de conducta, si sigue a la edad adulta será un problema.
Los ataques a modo de juego son comportamientos frecuentes en los jóvenes gatitos y cuando se mantienen en la edad adulta es porque el gato “aprendió” esta conducta.
Normalmente son los propios dueños del gato que le enseñan a atacar a modo de juego. Cuando el gato es pequeño juegan con él moviendo sus manos o sus pies como si fueran presas para que el gatito les ataque, porque cuando lo hace un gatito puede parecer gracioso y entrañable. Sin embargo, con este acto le estamos enseñando un comportamiento que mantendrá durante la edad adulta, no por maldad sino por diversión y porque realmente cree que puede hacerlo.
Otra causa de los ataques a modo de juego es el aburrimiento. Jugar con nuestro gato con objetos diseñados para ello en vez de con nuestras manos o pies es bueno. Pero si estas sesiones de juego son infrecuentes o si nuestro gato pasa su día aburriéndose en un recinto cerrado, el gato estará sobreexcitado cuando ocurran y podría atacarnos por exceso de energía.

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