Un gato que tiene miedo adopta típicamente una posición agachada con
las orejas hacia atrás y la cola curvada hacia dentro, inclinando su
cuerpo hacia atrás para alejarse de la amenaza.
El gato asustado tiene tres opciones: huir, inmovilizarse o atacar.
Si un gato asustado no tiene escapatoria y la “amenaza” sigue presente
tras inmovilizarse unos segundos, es muy probable que ataque.
Un gato que no haya sido adecuadamente socializado
cuando tenía de 4 a 12 semanas puede ser miedoso y desconfiado con los
humanos y exhibir este comportamiento. Pero también puede ocurrir con un
gato correctamente sociabilizado que está en un nuevo entorno, o con un
desconocido o que está en presencia de un objeto nuevo que le puede
asustar como un secador en funcionamiento.
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